Fulares rojos

Siempre serán tendencia, el tiempo y la historia nos lo demuestran y los fulares rojos, a ser posible con estampaciones, siempre sugieren que el color es una magnífica forma de paladear la vida.

No hace mucho los colores intensos como los rojos, nos parecían tonos difíciles de combinar. Yo lo he escuchado muchas veces, no creas que forma parte de un pasado muy lejano. Ahora mismo los pigmentos nos llevan por un camino en el que podemos surcar varios mares y salir victoriosas.

Seguro que te encontraste en más de una ocasión en la que ya te habías vestido, estabas muy guapa y sólo necesitabas un último detalle, en el que ya habías pensado, pero no probado. El toque era el pañuelo, pero al colocarlo sobre el outfit, aquel último detalle que acoplaste a tu look no acaba de convencerte.

Pasa mucho, una pieza en la que ya habíamos pensado, pero a la hora de experimentar, no encaja o hay algo que no te gusta. Das vueltas, lo pones de unas cuantas formas diferentes, pero el fular no acaba de conectar con el resto de tu look.

Probaste con unos cuantos más de los que tenías en el armario, algunos eran fulares rojos con dibujos o lisos y ninguno de ellos acabó por seducirte.

Seguro que es una situación por la que se pasaste en más ocasiones de las que alcanzas a acordarte. Y para que no vuelva a ocurrir algo así, tienes un truco formidable con el que te encontrarás perfecta con todo tipo de colores, ya sean lisos o estampados. 

¿Qué pasa cuando combinamos dos estampados? En la mayor parte de las ocasiones y a no ser que seas una maestra de las mezclas, lo normal es que cuando realices estas combinaciones obtengas fácilmente un resultado de abarrotamiento. Suele pasar. 

¿Qué hago para combinar dos estampados? Si de lo que hablamos es de colocar un foular con muchos colores con otras prendas que también tienen muchas tonalidades, lo mejor es que trates de que una de ellas, invada lo menos posible la vista. Por ejemplo, si tienes fulares rojos bonitos, con varios colores en su tejido, éstos deben reducirse lo máximo posible a la vista. Es decir que, si lo vas a poner en el cuello, procura no llevarlo colgado, ocupando un campo visual que abarrotaría, como ya comentamos antes. Enróscalo más, dale dos vueltas o más y entrelázalo, como si de una trenza se tratara.

Debes probar que este manejo del complemento, es la forma más fácil que tendrás de comprobar que la mezcla de colores con una pequeña base, da como resultado una proporción multiplicada por cien para muchísimos de los pequeños complementos que ya tenías, los que acabas de adquirir o los futuribles que siempre están dispuestos a entrarte por el ojito y enamorarte a primera vista.

Como todo es bueno entrenarlo y jugar mientras tanto, ya que el resultado es obtener un acabado, incorporando cada vez más tonalidades a tu estilo. Yo diría que no está nada mal.