La versatilidad en nuestra forma de vestir nos invita a practicar a día de hoy llevar chaquetas cortas de punto para vestidos, durante muchas más temporadas y poder así, tener un armario digno de una calculada improvisación a lo largo de cualquiera estación del año.

Lo de llevar una prenda de punto para que no tengamos frío, no es una novedad, todas lo practicamos desde que nuestras madres cuando éramos pequeñas, nos invitaban, e incluso estaría, mejor dicho, “obligaban”, a llevar, aunque fuera en la mano, sobre los hombros o atada en la cintura, una prenda que evitase acabar pasando frío en cuanto las temperaturas bajasen un poco. Ellas fueron las que nos entrenaron para ser mujeres muy prácticas.

Si a los elementos prácticos le sumamos la versatilidad y practicamos con calma diferentes formas de llevarla, tendremos ante nosotras un armario lleno de posibilidades sin fin, dispuesto a darlo todo, y no dejar de ser increíblemente útil, independientemente de dónde vayamos o la imagen que queramos dar. Lo tendremos todo mucho más y mejor controlado.

Necesitamos aprender que las prendas atemporales son la mejor elección cuando nos decidimos por una u otra pieza. Pensar en un día de trabajo, en una cena o pequeño evento, debería ser una de las líneas por las que guiarse. Si la ropa que nos compramos cumple el objetivo de ser perfectamente válida para llevar en cualquiera de estos supuestos, estás en la dirección adecuada.

Una vez que ya tenemos sentada esta perfecta y sólida base de elección de compra, pasamos a la siguiente opción en la que pararnos a escoger, y el mejor ejemplo de prenda perfecta son las chaquetas cortas de punto para vestidos, aunque llevarla con pantalones o faldas, será también un destino ideal para ellas. No en vano, estamos hablando de prendas con la exigencia de la versatilidad como elemento importante.

Una de las ideas que siempre trato de hacer llegar a mis clientas al asesorarlas, es que tenemos prendas para el “calor, calor o el frío frío”, y el resto es todo entretiempo. Es una forma sencilla de recordar y tener en cuenta constantemente que no necesitamos mucho, sino más bien poco y bien seleccionado.

Hasta no hace mucho y aún a día de hoy me encuentro con clientas que no practicaban lo de llevar un vestido en invierno, y el armario estival o invernal lo asocian en: vestidos y faldas para el buen tiempo, o bien pantalones para el invierno. Mejorar nuestra imagen, sumado al elemento terapéutico que tiene divertirse y jugar con la moda es un objetivo en el que siempre insistiré.

Al tener más información podemos barajar más opciones muy rápidamente y las tendencias en estos momentos acompañan más que nunca. Combinar diferentes tejidos, estampados o texturas, se ha convertido en una herramienta tan útil como poderosa. Practicarla es además muy placentero.

En otro post volveremos a hablar de algunas originales formas de llevar estas prendas, así como también es posible repasar algunos posts anteriores en los que ya propuse diferentes modos de mezclar chaquetas cortas de punto para vestidos. 


Tags: punto y lana
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