¿Cuántas veces salimos de casa y al cabo de un rato lo que era un complemento de mano necesitó ser una mochila y bolso a la vez?

En bastantes ocasiones me comentáis algo que, creo todas hemos experimentado en algunas ocasiones. Nos arreglamos, nos ponemos lo que consideramos es el look más adecuado e incluso, como buenas previsoras, nos calzamos con un estilo informal y cómodo, no vaya a ser que de repente se nos de por pasear más de dos horas seguidas y no pueda seguir caminando. 

Como ya tuviste en cuenta lo que llevas en los pies y tu ropa es también de lo más cómoda, sales de casa tan tranquila con lo que consideras será lo necesario llevar en la cartera, como siempre.

Ha pasado la primera hora, lo vas llevando más o menos y a partir de la segunda hora es cuando recuerdas que tu bolsa, pesa y estorba a partes iguales.

En otras ocasiones nos vamos a tomar algo, un momento de ocio merecido y con el que estamos de lo más relajadas, charlando y socializando como nos gusta. Llevamos más de dos horas sin sentarnos y el peso de nuestra cartera, hace un rato ya que empezó a molestar, no sólo por el peso, si no por que ya no sabemos dónde colocarlo. 

No es una falta de no haber pensado, no. Es que lo habitual hasta hace muy poco, no era disponer de complementos como la mochila y bolso que quedaran bien con la ropa que teníamos tanto si el estilo era de vestir o más informal.

Ahora mismo y como siempre las tendencias están ahí para beneficiarnos de sus mágicas formas de combinar, incorporar y crear con los mismos accesorios casi todo tipo de mezclas de estilo y que el resultado sea equilibrado y con armonía. 

Ya no queremos estar pendientes de dónde ponemos la cartera. Estar charlando plácidamente en una fiesta, en la calle o de paseo y llevar todo lo imprescindible en una mochila y bolso que además tenga un toque diferente a las mochilas habituales. Con un estilo cuidado, algo de diseño y con personalidad que nos de juego con todo lo que nos pongamos. Algo muy necesario también es que lo podamos llevar durante el día, y la noche. 

El diseño es una necesidad que deja encajar muy bien un tamaño más grande para la noche, lo dota de carácter, que es justo lo que le da el equilibrio que necesita para compensar el tamaño. 

Con la mochila y bolso en uno ya nos podemos olvidar del peso, de esos molestos cambios constantes de hombro, de tener que lidiar llevarlo en la mano durante un rato, alternando así el peso que supone llevarlo de otra forma. Ya no tenemos que pensar ni en él. Sólo nos acordamos cuando nos hace falta algo y listo.

Jugar con las tendencias es ganar, ganar poder moverse libremente, sin pesos y sin cuestiones de las que estar pendientes que no corresponden a los tiempos que corren. Jugar a ir cómodas, despejadas y en muchísimas ocasiones, raudas y veloces. Ir preocupada con incomodidades innecesarias, son cosas del pasado. 



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