Si necesitas razones para ponerte pañuelos de seda, es posible que estés buscando nuevas ideas que te inspiren y hagan grata tu experiencia este otoño – invierno. Las posibilidades que te brindan estos elegantes ensalzadores de estilo, son enormes, alguno descubriré. Espero que nuevos para ti y tus looks más deseables, en los que todo gana y mucho con ellos. Pero si además lo que buscas son argumentos de los que poder fiarte, para no sentir que te estás dejando guiar por una opinión no contrastada, te facilitaré un pequeño trocito de información sobre lo que ya hay mucho investigado y escrito.

En primer lugar, las maneras de llevarte un foular, como te decía antes, son infinitas. También es algo a lo que le dedico muchos momentos en este blog, por la misma razón posiblemente que la tuya, soy una fan incondicional de sus resultados y propiedades y de éstas últimas, te hablaré después.

Ahora lo que me gustaría es que practiques una nueva forma de llevártelo con el siguiente outfit, y disfrutes de lo lindo con esta fórmula.

Para acercarnos lo máximo y mejor posible a un acabado que te resulte fácil y rápido, que no te falten razones y puedas convencerte del acierto de ponerte pañuelos de seda lo mejor es que tengas a mano un fular grande, y a ser posible con forma rectangular. Éste es el formato que más me gusta y recomiendo. Siempre que puedo, hago mención a este matiz, ya que, si sigues mis posts, ya habrás adivinado que, de todas las geometrías posibles para ellos, sin duda los de gran tamaño y alargados, permiten mucho juego.

Lo primero que debes hacer es estirarlo totalmente y ajustarlo con la mano, dándole vueltas y retorciéndolo, sin apretar demasiado, no vaya a ser que se dañen los hilos. Una vez tengas una espiral, empieza a cubrir el cuello, como si estuvieras enroscando una serpiente, disculpa si son animales a los que le temes, pero el ejemplo me viene genial. Hazlo como si estuvieras colocando ordenadamente esas curvas en tu garganta, una encima de la otra, pegada a tu piel. Si ves que, al realizar esta acción se desliza un poco el tejido, te paras y lo ajustas tranquilamente. Una vez lo tengas, deberíamos haber dejado unos centímetros para hacer un nudo y que nos sobren unos 5 centímetros, más o menos. Cuando realices el anudado, procura dejarlo en la mitad de la pieza y hacia un lado, ya que queda mucho más elegante. Yo te diría que no te preocupes por eso, más o menos entre el hombro y la nuez. El detalle final consiste en que ese flequito sobrante, esos 5 cm. que has dejado, los abras como si estuvieras deshojando una flor. El resultado, una gargantilla que te sirve como bufanda, con un acabado muy dinámico y un broche final, un perfecto broche floral con el que te consagrarás como una auténtica creadora de originales estilismos.

Si todavía necesitas más razones para llevar pañuelos de seda, debes saber que la fibra de estos exclusivos dos en uno, bufandas y fulares, son adecuados para el frío o el calor. Su grado de protección para todo tipo de inclemencias está preparado para protegerte del sol y del frío, sin tener que padecer el exceso o la falta de prendas, con las que siempre estarás a vueltas, poniendo y quitando, una y otra vez, al entrar y salir en espacios cerrados. Es una segunda piel que encierra el misterio de la naturaleza y siempre está dispuesta a protegerte.

Si la piel escogiera un hilo sobre el que materializarse, estoy segura que lo haría sobre la seda natural.


Tags: fulares
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